lunes, 10 de noviembre de 2008

SPM

Rozo la locura cada mes como si fuera la primera vez. La conciencia no me alcanza para arropar tanta animalidad. Me deslizo imperceptiblemente por un costado de la vida hasta encontrarme en un sitio que conozco muy bien y a la vez siempre me es extraño. Me siento ajena y separada del mundo. Los problemas más insignificantes los miro con lupa y se convierten en monstruos de mil cabezas que me impiden dormir acosándome en el borde de los sueños. El mundo está lejos…allá en el fondo de un telescopio invertido, chiquitico y ruidoso. El tiempo se deforma y me desplazo con lentitud a pesar de que el cerebro piensa con rapidez y me apura. Me pongo impaciente y malhumorada. Creo que nadie me quiere…como hacerlo si soy un bicho kafkiano, incómoda, con patas de más y un caparazón que parece que no sintiera nada pero que todo lo hiere. En pocas palabras estoy loca.
Lo mas pavoroso de ésta locura es que está disfrazada de normalidad. Es natural, dicen, que las mujeres “suframos” este síndrome. Con razón muchas veces el ser femenino ha estado asociado a la locura, las mujeres son histéricas. Alguna dolencia misteriosa asociada al útero. Y yo todos los meses creo que algo grave pasa, que mi vida es un caos por una fracción de tiempo, que no se donde pongo las llaves, los lentes, la cartera y mi propio desorden me aprisiona. Que no puedo ser merecedora del bellísimo amor que mi marido tiene para mí, pues soy una loca insomne y despelucada indigna de cualquier cosa. Mis hijos me sobran y pido silencio.
Quizás lo que no es normal es que tenga que llevar una vida normal en esos días. Que tenga que manejar, trabajar, cocinar y hacer todo lo que la gente menos loca hace. Por eso pido taima, pero bajito, no vaya a ser que me oigan y luego me digan floja. Por eso pido una tregua, pero con mucha vergüenza porque ocurre con mucha frecuencia..
A esto le sigue la sangre y el dolor. Los prefiero a la locura. A veces me da risa, cuando descubro que es solo el Síndrome Pre-Menstrual el que me ha estado molestando. A veces me da tristeza no darme cuenta a tiempo antes de sentirme como un licántropo incomprendido. En cualquier caso respiro aliviada y comienzo otro ciclo, así es la vida.

1 comentario:

Tadeo dijo...

La vida es bella, entre otras cosas, porque cambia. Como la luz que va de un amanecer a otro, como las edades, como las eras, como los ciclos..., todos los ciclos se incluyen en la paleta de colores y temperaturas que dan las bellezas que adornan la vida. Échale y más nada, que la vida es así porque tiene que ser así: bella...
Besos mil...