Producido por TELESUR
miércoles, 12 de noviembre de 2008
lunes, 10 de noviembre de 2008
SPM
Rozo la locura cada mes como si fuera la primera vez. La conciencia no me alcanza para arropar tanta animalidad. Me deslizo imperceptiblemente por un costado de la vida hasta encontrarme en un sitio que conozco muy bien y a la vez siempre me es extraño. Me siento ajena y separada del mundo. Los problemas más insignificantes los miro con lupa y se convierten en monstruos de mil cabezas que me impiden dormir acosándome en el borde de los sueños. El mundo está lejos…allá en el fondo de un telescopio invertido, chiquitico y ruidoso. El tiempo se deforma y me desplazo con lentitud a pesar de que el cerebro piensa con rapidez y me apura. Me pongo impaciente y malhumorada. Creo que nadie me quiere…como hacerlo si soy un bicho kafkiano, incómoda, con patas de más y un caparazón que parece que no sintiera nada pero que todo lo hiere. En pocas palabras estoy loca.
Lo mas pavoroso de ésta locura es que está disfrazada de normalidad. Es natural, dicen, que las mujeres “suframos” este síndrome. Con razón muchas veces el ser femenino ha estado asociado a la locura, las mujeres son histéricas. Alguna dolencia misteriosa asociada al útero. Y yo todos los meses creo que algo grave pasa, que mi vida es un caos por una fracción de tiempo, que no se donde pongo las llaves, los lentes, la cartera y mi propio desorden me aprisiona. Que no puedo ser merecedora del bellísimo amor que mi marido tiene para mí, pues soy una loca insomne y despelucada indigna de cualquier cosa. Mis hijos me sobran y pido silencio.
Quizás lo que no es normal es que tenga que llevar una vida normal en esos días. Que tenga que manejar, trabajar, cocinar y hacer todo lo que la gente menos loca hace. Por eso pido taima, pero bajito, no vaya a ser que me oigan y luego me digan floja. Por eso pido una tregua, pero con mucha vergüenza porque ocurre con mucha frecuencia..
A esto le sigue la sangre y el dolor. Los prefiero a la locura. A veces me da risa, cuando descubro que es solo el Síndrome Pre-Menstrual el que me ha estado molestando. A veces me da tristeza no darme cuenta a tiempo antes de sentirme como un licántropo incomprendido. En cualquier caso respiro aliviada y comienzo otro ciclo, así es la vida.
Lo mas pavoroso de ésta locura es que está disfrazada de normalidad. Es natural, dicen, que las mujeres “suframos” este síndrome. Con razón muchas veces el ser femenino ha estado asociado a la locura, las mujeres son histéricas. Alguna dolencia misteriosa asociada al útero. Y yo todos los meses creo que algo grave pasa, que mi vida es un caos por una fracción de tiempo, que no se donde pongo las llaves, los lentes, la cartera y mi propio desorden me aprisiona. Que no puedo ser merecedora del bellísimo amor que mi marido tiene para mí, pues soy una loca insomne y despelucada indigna de cualquier cosa. Mis hijos me sobran y pido silencio.
Quizás lo que no es normal es que tenga que llevar una vida normal en esos días. Que tenga que manejar, trabajar, cocinar y hacer todo lo que la gente menos loca hace. Por eso pido taima, pero bajito, no vaya a ser que me oigan y luego me digan floja. Por eso pido una tregua, pero con mucha vergüenza porque ocurre con mucha frecuencia..
A esto le sigue la sangre y el dolor. Los prefiero a la locura. A veces me da risa, cuando descubro que es solo el Síndrome Pre-Menstrual el que me ha estado molestando. A veces me da tristeza no darme cuenta a tiempo antes de sentirme como un licántropo incomprendido. En cualquier caso respiro aliviada y comienzo otro ciclo, así es la vida.
viernes, 7 de noviembre de 2008
silencio
Hoy necesito silencio
que se callen los tambores de la plaza
los vidrios rotos
las alarmas
que desaparezcan el asfalto y la gasolina
los bolívares fuertes y las transacciones
Necesito que callen todos
los gritos en la mañana
el ruido infernal de la cotidianidad
la perra que le ladra a la noche
el gato afónico
el hidroneumático mugiente
Necesito una tregua
un respiro
un aliento
un chocolate
una siesta
un té
un abrazo
Solo por hoy necesito silencio
quiero sólo oírme
el ritmo inquieto de mi pecho
el murmullo malhumorado de mis tripas
Solo por hoy
Mañana será otro día de ruido
que se callen los tambores de la plaza
los vidrios rotos
las alarmas
que desaparezcan el asfalto y la gasolina
los bolívares fuertes y las transacciones
Necesito que callen todos
los gritos en la mañana
el ruido infernal de la cotidianidad
la perra que le ladra a la noche
el gato afónico
el hidroneumático mugiente
Necesito una tregua
un respiro
un aliento
un chocolate
una siesta
un té
un abrazo
Solo por hoy necesito silencio
quiero sólo oírme
el ritmo inquieto de mi pecho
el murmullo malhumorado de mis tripas
Solo por hoy
Mañana será otro día de ruido
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